26 de octubre de 2009

Cuando diseñar era experimentar


Aun recuerdo las clases en la escuela de diseño en la que estudié. Nuestro lema siempre era: experimentar. Recuerdo cómo ensuciaba mis manos de tinta china para conseguir manchas imposibles o cómo maquetaba un DIN A4 con recortes y fotocopias o cómo nos comíamos el coco para ilustrar una poesía... En aquella época (1995) sólo usábamos el ordenador en clase de informática (con un Mac SE con sus aplicaciones en blanco y negro y sus temibles bombas), el resto de clases estaban destinadas a activar nuestra creatividad en todas las disciplinas posibles. Clases de dibujo y pintura, escritura creativa, editorial, volumen... Me acuerdo que disfrutaba mucho con todo aquello y que ir a clase era como emprender un viaje hacía un mundo imaginario donde el límite lo ponías tú mismo.

Al pensar en aquellos tiempos, me doy cuenta de cómo han cambiado las cosas. Ahora las clases de informática ya no deben existir puesto que todo lo hacemos con el ordenador, me cuesta ver a diseñadores que todavía utilicen el lápiz antes que el teclado, o incluso el cerebro antes que el lápiz. Ya no necesitas saber dibujar o ensuciarte las manos para crear texturas o manchas de tinta, pues la red pone a tu disposición millones de recursos para ahorrarte esa tarea y muchas más. Desde luego te facilitan la vida y todos nos aprovechamos de la disponibilidad del material compartido, pero no puedo dejar de mirar con nostalgia aquellos días en que sólo tocábamos el ordenador tres días a la semana.

Para nostálgicos: The Vintage Mac Museum

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