- La media mundial se sitúa en 188 minutos al día de televisión. Son 3 horas diarias.
- America del Norte (Estados Unidos y Canadá): 272 minutos. Son 4,5 horas diarias.
- Latinoamérica: 182 minutos. Son 3 horas diarias.
- En España la cifra asciende a 227 minutos. Son 3,7 horas diarias.
La televisión como base del descanso
Para miles y miles de personas el descanso es sinónimo de sofá y televisión. Si bien es una actividad que descansa nuestro cuerpo —estamos sentados o tumbados— es algo que nos desgasta mentalmente más de lo que creemos. Lejos de aportar y enriquecer, resta. Monopolizar todo nuestro descanso únicamente haciendo eso, ni es sano, ni inteligente ni enriquecedor.
Entonces, ¿por qué lo hacemos si en frío casi todos reconocemos que no es bueno?
- Es un mal hábito que la mayoría adquirimos en nuestra niñez. El final del día para casi todos nosotros siempre ha sido “cena, un poco de tele y a la cama”.
- Es muy fácil disfrutar de él. Basta con apretar un botón en el mando a distancia.
- Nos convecemos de que realmente estamos descansando, aunque el programa que estemos viendo sea deplorable y pasemos la mitad del tiempo haciendo zapping.
- Nadie nos ha enseñado a descansar de otro modo ni nos hemos molestado en buscar alternativas.
- Es una actividad en la que nos lo dan todo hecho. No requiere esfuerzo físico y eso nos encanta.
- Pensamos —equivocadamente— que estamos “tan cansados” que no podemos hacer otra cosa.
Algo que tenemos que cambiar… desde hoy
Dejando a un lado la mediocre y a veces bochornosa calidad de los contenidos televisivos que consumimos a diario —lo que sin duda sería digno de otro informe—, la televisión es un auténtico ladrón de nuestro tiempo, de nuestra energía, de nuestra atención, de nuestras ideas y hasta de nuestra estima personal.
Es, ciertamente, adictiva, ya que por lo general tendemos a consumir más en lugar de reducir. Nos hace sentir mal con nosotros mismos por no hacer cosas más útiles («he estado tirado delante de la TV toda la tarde y al final no he hecho nada»). Es causa de Procrastinación —tendencia a postergar tareas— y por si fuera poco llenamos nuestra mente de ruido e ideas vacías y a veces vergonzosas.
Si de media dormimos 8 horas y trabajamos otras 8, quiere decir que disponemos de 8 horas para “todo lo demás”. Eso incluye nuestra vida familiar, proyectos personales, actividades sociales, ocio y tiempo libre, etc. Pues bien, de esas 8 maravillosas y privilegiadas horas, en algunos países como España casi “invertimos” la mitad en estar frente al televisor. El cálculo no puede ser más simple y claro. Demoledor.
En términos de robo de nuestro tiempo, la TV es sin duda un enemigo descomunal. Y si verdaderamente queremos vivir plenamente, sacar más horas del día para cosas que realmente nos importan, y disfrutar de un descanso rico y entretenido, es algo que tenemos que empezar a corregir cuanto antes.
La gran noticia es que, a diferencia de otros malos hábitos, el de contemplar indiscriminadamente la caja tonta se puede corregir fácilmente (si es que honestamente lo queremos así). Es algo que puedes cambiar hoy mismo, esta noche. La mejora es inmediata y disfrutarás de los beneficios desde el minuto uno.
¿Es que hay que dejar de ver la televisión? La respuesta es no. No se trata de eliminar sino de REDUCIR. No hay porqué dejar de disfrutar de una buena película, un documental o una serie de ficción que de verdad nos entretienen o nos informan. Se trata de “poner a dieta” las horas de televisión para así poder hacer otras cosas verdaderamente importantes para ti o los tuyos.
TÉCNICA para vencer a este ladrón
Lograrás poner en práctica esta Técnica desarrollando las siguientes claves:
¿Cómo es tu TV?
En primer lugar debes preguntarte cuántas horas de televisión ves al día. ¿Una? ¿Dos? ¿Tres? ¿Más? Es imprescindible que te pares a ver cómo de grande es “tu pecado”.
Recorta poco a poco
No seas drástico a la hora de cambiar porque tampoco se trata de hacer un transplante de médula. Empieza a reducir paulatinamente y el cambio te resultará mucho más fácil. Por ejemplo empieza por recortar 30 minutos la primera semana.
¿Qué otra cosa vas a hacer?
Decide con antelación en qué actividades vas a invertir ese “nuevo tiempo”. Piénsalas, escríbelas si hace falta. ¿Para qué vas a aprovechar esos 30 minutos diarios?
Pon límites
Borra de tu boca y de tu mente el «a ver qué ponen hoy en la tele». Porque si piensas así sea lo que sea lo que encuentres, aunque sea pésimo, terminarás por “tragártelo”. Establece un horario fijo e inamovible y un tiempo máximo para ver la televisión… y no te lo saltes. Por ejemplo de 09:30 a 11:00 de la noche.
Cena sin TV
No veas la televisión mientras cenas. Algo que muchísimas personas hacen y que sólo se traduce en una “cena inconsciente”. Disfruta de una cena tranquila, sosegada o bien en compañía de los tuyos, con quienes podrás conversar y hablar (un hábito perdido ya).
Adiós al zapping
Elimina el zapping de tu vida. Es todavía más insano que despilfarrar horas frente a la TV ya que además de tiempo no te aporta nada. Es tirar tu vida.
Haz tu propia TV
Si tienes un grabador, programa los contenidos que realmente te interesan y te aportan. O consíguelos por otros medios (Internet, videoclubs...) Diseñar y construir tu propia TV es una forma de consumir contenidos de calidad que te entretendrán.
Recorta un poco más
Al cabo de una semana recorta un poco más: 60 minutos o incluso más y vete incrementando hasta dar con el tiempo perfecto. De ese modo estarás ganando tiempo para vivir más.
Te estás perdiendo… mucho
Lo que puedes llegar a hacer y DISFRUTAR cuando reduces horas de televisión sólo lo descubres cuando empiezas. Y eso te deja con un doble sentimiento. Por un lado culpa, por haber despilfarrado tantas horas y horas (días, semanas) viendo nada; y por el otro satisfacción haberte animado a cambiarlo y haberlo descubierto.
Imagina que desde hoy tienes tiempo para: leer una buena novela —y no dejarlo para cuando se te cierran los párpados—, charlar con tu pareja, jugar con tus hijos, repasar la contabilidad doméstica, disfrutar de un rato de silencio y relajación, estudiar un nuevo idioma, dedicarte a tu hobby o pasión personal, hacer ejercicio o practicar un deporte, escuchar buena música, escribir (pensamientos, ideas, relatos, tu diario, tu blog…), dar un paseo relajado por algún parque cercano y un larguísimo etcétera.
Y ahora, piensa por unos instantes todo lo que podrías hacer y disfrutar si tuvieras 90 ó 120 minutos EXTRA TODOS LOS DÍAS. Párate ahora. Piénsalo y saborea todo lo harías.
¿Todavía te faltan motivos para reducir las horas diarias de televisión?
Ver menos la televisión y hacer otras cosas te ofrece la oportunidad de enriquecer cada día con actividades distintas que verdaderamente te aportan. Te aportan descanso, creatividad, satisfacción personal, motivación, optimismo... Infinidad de beneficios.
¡Recuerda!
La próxima vez que te veas a ti mismo diciendo que no tienes tiempo para hacer cualquier, pregúntate cuántas horas de televisión ves al día. Es tu elección.
Fuente: Berto Pena
Yo creo que la televisión no solo te quita tiempo, sino capacidad de análisis y crítica. Muchas personas dan 100% credibilidad a lo que ven en la televisión. ¿Cuántas veces habremos oido frases como "es verdad, lo ha dicho la tele"?! Como si fuera el sumo pontífice de la verdad.
ResponderEliminarMe parece muy buena iniciativa la de sustituir la televisión por otras tareas, más productivas y que nos haga sentir más realizados.
Efectivamente, la TV no solo te roba tiempo, también te roba energía y neuronas. Es cierto que en ocasiones incluso pueda ser necesaria para desconectar de la realidad, con una buna película, por ejemplo, pero de lo que se dice en la tele, ni caso.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario y por tu tiempo.
:D
Ahora que somos tan multitarea, es normal andar con el ordenador a la vez que se "ve" la tele; pero al final ni se ve la tele ni se está con el ordenador. Mejor vencer la tentación y apagarla :P
ResponderEliminarUn abrazo Patri y gracias por tu comentario :)
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